domingo, 22 de marzo de 2015

Capítulo 2: Visión

Zork´Thaur es uno de los últimos  miembros de los Rakata, raza que en la antigüedad había gobernado la Galaxia con puño de hierro a través de su “Imperio Infinito”. El objetivo de Zork era reunir todo tipo de seres poderosos en la Fuerza, con el fin de formar un ejercito de “Sabuesos de la Fuerza” (Guerreros que en la antigüedad servían a los Rakata y a su Imperio) lo bastante poderoso como para poder cumplir con su objetivo: Conquistar de nuevo la Galaxia y fundar un nuevo Imperio Infinito.
Pero antes de eso, debían hacer algo de importancia capital: Asesinar al Emperador de los Sith. Como ya se dijo anteriormente, la Galaxia se encontraba en medio de una sanguinaria guerra: La "Gran Guerra Galáctica". En ella, el Resurgente Imperio Sith, que por siglos había permanecido escondido en las regiones desconocidas sumando territorios y ganando poder, trataba de destruir a la República y a los Caballeros Jedi, sus guardianes, con el fin de conquistar la Galaxia... O eso pensaban, pues Zork´Thaur sabía que la motivación de la conquista galáctica no era mas que un embuste del Malvado Emperador de los Sith, Lord Vitiate. Y es que, hace siglos, Ark´Thaur, ancestro de Zork´Thaur, se vio envuelto en un complot del consejo oscuro del Emperador para asesinar a este ultimo, puesto que descubrieron  que Vitiate logró hacerse inmortal mediante un Ritual que le permitió devorar la Fuerza de todos los seres vivos de Nathema, su planeta natal, convirtiendo a este en un páramo donde la Fuerza no existía, una total aberración de la misma existencia. Sin embargo, esto no era lo peor, puesto que Vitiate planeaba realizar este mismo ritual a escala Galáctica. Esto supondría la completa aniquilación de la vida en la Galaxia, por lo que Ark´Thaur antes, y Zork´Thaur ahora, pensaban que debían detenerlo costase lo que costase, pues no podían permitir que algo así le ocurriera a la Galaxia que, por derecho (según pensaban ellos) pertenecía a los Rakata. Por este mismo motivo, a lo largo de tres siglos, su clan empezó la construcción de una de las armas más temidas del Imperio Infinito, la “Forja Estelar”, una estación espacial que, alimentándose de la energía de una estrella alrededor de la cual orbitaba, y del poder del lado oscuro, era capaz de crear miles de armas, naves y Droides, con el fin de  crear un poderoso ejercito que, liderado por aquellos a quien Zork adiestraba, derrotara a Vitiate y restaurara la gloria del Imperio Infinito.

Irónicamente, la búsqueda de Zork para potenciar a su ejercito, le llevó a enviar a uno de sus Sabuesos de la Fuerza, Aurek, en misión a Mandalore para que consiguiera Acero Mandaloriano o "Beskar". Y fue gracias a esta misión, por la cual Zork´Thaur había conseguido a un discípulo muy prometedor: Turin Starwind.

Nada mas llegar Turin a manos de Zork, este lo dejó a cargo de unos Droides que le proporcionaban los cuidados básicos. Pero, en cuanto pudo empezar a andar, alrededor de los dos años, lo trasladaron junto a varios niños sensibles a La Fuerza, su “Camada”, como Zork los llamaba. Todos los niños miembros de la camada tenían mas o menos la misma edad de Turin. Todos vivían y dormían en la misma habitación. A cada miembro de la camada se le tatuaba en la mano derecha una letra del “Aurebesh” (sistema de escritura del idioma básico), y cada miembro era llamado por su letra. A Turin le tatuaron la letra "Resh" (7), y así fue llamado en adelante.

Aunque Zork´Thaur podía sentir que Turin era el que poseía mayor potencial en la Fuerza, había otros niños que contaban también con un gran potencial, especialmente, un niño a quienes le habían dado el nombre de "Vev" (Y), quien tenía la misma edad que Turin. La camada con la que contaba en ese momento le ofrecía muchísimas posibilidades. A partir de ese momento, ordenaría que a todos se les enseñara los conocimientos mas básicos sobre la fuerza, y luego les sometería a terribles pruebas con el objetivo de que solo queden los mas poderosos. Para ello tendrían que enseñarles a valerse del miedo y la ira, emociones fundamentales para el uso del lado oscuro. Emociones que él se ocuparía de provocar y fortalecer. 

Lo primero que hizo fue reunir a la camada en una oscura y amplia sala. A pesar de su corta edad, los niños no corrían, ni tampoco lloraban, o hacían el amago de jugar entre ellos. Todos estaban extrañamente callados, seguramente porque nunca habían conocido la alegría. Una vez estuvieron reunidos, apareció Zork flanqueado por dos de sus Sabuesos a la retaguardia. A pesar, o tal vez a causa del miedo que tenían los niños, ninguno se movió. Entonces, Zork´Thaur les habló:

-Zork: "Si... Puedo sentir vuestro miedo. Hacedlo crecer. Dejad que se convierta en ira, y la ira en odio, pues cuanto más fuerte sea vuestro odio, más poderosos seréis. No lo olvidéis: Yo solo necesito a los más fuertes."

Zork miró a cada miembro de la camada de uno en uno. Luego, siguió hablando:

-Zork: "Para ello, seréis sometidos a diversos entrenamientos a los que, en la antigüedad, se sometían los Sabuesos de la Fuerza del Imperio Infinito. Una vez que hayáis dominado los conocimientos básicos, se os someterá a una prueba de la cual solo saldrán con vida los más aptos. Poco a poco solo irán quedando los más fuertes de vosotros. Permitid que os dé una muestra lo que os espera...."

Y, al instante de pronunciar estas palabras, sus dos Sabuesos de la Fuerza se distanciaron del grupo, y empezaron a luchar entre ellos. Puñetazos, empujones, patadas, rayos, golpes de todo tipo, e incluso mordiscos. Los dos sabuesos peleaban entre si con una brutalidad indescriptible. Los niños pudieron ver como uno de ellos logro  arrancarle una oreja de un mordisco a su oponente, y aprovecho el momento en que este se reponía para terminar con su vida rompiéndole el cuello con la Fuerza.
Cuando este sangriento espectáculo llegó a su fin, Zork contempló las reacciones de la camada: Estaban en estado de Shock.

-Zork: "Este es el destino que les espera a los débiles. A partir de ahora, será Nen –Dijo señalando con el brazo al Sabueso de la Fuerza que había salido victorioso- quien os adiestrará en los conocimientos del lado oscuro. Cuando él os considere preparados, dará comienzo la “Selección”. Podéis retiraros..."

Poco a poco, los niños fueron desalojando la amplia sala. Antes de salir, Turin le dedicó una ultima mirada al cuerpo sin vida del Sabueso asesinado, y luego abandono la sala junto a su camada. Por el camino de vuelta a sus compartimentos, algunos de los pequeños empezaron a llorar en silencio, otros trataban de asimilar todo lo que acababan de ver. Turin tenía el corazón encogido, pues su mente infantil era incapaz de entender nada de aquello. 

Algunos días después, Nen comenzó a adiestrarles. Les sometía a un duro entrenamiento, tanto físico como mental. Les atormentaba con crueles trucos mentales para fortalecer su miedo, les hacía correr y realizar ejercicios físicos para potenciar sus cuerpos, les instigaba a que intentaran matarlo, diciéndoles que si no lo hacían, acabarían todos como  el sabueso al que él mato delante de ellos. La dureza y crueldad de este entrenamiento era tal, que muchos niños de la camada no pudieron soportarlo, pues sus mentes quedaban destrozadas por la constante tortura psicológica a la que eran sometidos. Sin embargo, también había casos en que, fuera de los entrenamientos, algunos niños trataban de asesinarse entre ellos, puesto que cuanta menos competencia tuvieran, más posibilidades tendrían de sobrevivir. A Turin trataron de asesinarle 2 veces; la primera vez a los 7 años de edad, una niña, Krill, trató de matarle mientras dormía estrangulándolo, pero Turin reacciono a tiempo y le devolvió el golpe, pero no la mató. La segunda vez ocurrió cuando Turin contaba con 9 años de edad, fue un niño, Zerek, mucho mas corpulento que Turin, el que intento matarlo de camino a su compartimento, un ataque sorpresa que Turin pudo prever gracias a la Fuerza., haciendo caer a Zerek y propinándole una patada en la cara, que le rompió la nariz.

Por supuesto, Zork estaba al tanto de todo esto, pero no le importaba, pues así eliminaría a la morralla antes de que empezara la verdadera selección. 

Cuando no estaban entrenando, Zork hacia que los niños recibieran instrucción acerca de la historia de la Galaxia, especialmente a lo concerniente a la cultura del Antiguo Imperio Infinito, y les explicaron los motivos por los que debían detener al Emperador Vitiate. Se les proporcionó información acerca de los Sith y los Jedi, para que conocieran a sus enemigos. Les hablaron acerca de los lores Sith mas importantes de la historia, desde Naga Sadow y Exar Kun a Darh Nihilus y Darth Traya, pasando por Darth Revan y Darth Malak, entre otros. Turin no podía evitar sentir cierta admiración por aquellos Sith. Al fin y al cabo, ellos solos eran capaces de poner en jaque a toda la Galaxia, y todos estuvieron a punto de conquistarla en mayor o menor medida. Oír acerca de las hazañas de aquellos antiguos Sith le resultaba inspirador, y memorizaba todo lo que podía de esas historias. 

Y así, habiendo cumplido Turin ya los 10 años de edad, fue el momento en el que  Nen decidió que ya era el momento de realizar la selección. Para ese momento, de los 20 niños que conformaron originalmente la camada, solo quedaban 10.

Durante esos años, Turin había comprendido cual era su objetivo: Sobrevivir a cualquier precio, un sentimiento que todos compartían. Esto les hacía odiar: Odiaban a Zork´Thaur por obligarles a pasar por todo aquello. Odiaban a Nen por torturarles con su maldito adiestramiento. Se odiaban entre ellos, puesto que los que en principio fueron compañeros eran ahora enemigos mortales. Y sobretodo, se odiaban a si mismos por no ser lo bastante fuertes como para poder imponerse a sus captores. No podían confiar en nadie, y, sin embargo, todos compartían un extraño vinculo a través de La Fuerza, un “Vinculo de Camada”, que les permitía sentir a todos sus compañeros allá donde estuviesen. Sin embargo, la fuerza de este vinculo variaba puesto que un par de miembros de la camada podían estar mas vinculados que otros. Turin, o mejor dicho, Resh, había establecido un vinculo de camada bastante fuerte con Vev, tal vez debido a que en los entrenamientos, siempre habían estado mas o menos a la par, y esto les había llevado a tenerse una especie de respeto mutuo.

Finalmente, el día de la Selección llegó. Zork hizo que los 10 supervivientes se reunieran delante de una gran puerta cerrada, en cuyo centro se encontraba grabado el emblema del Imperio Infinito.

-Zork: "Muy bien. Al fin ha llegado el momento en el que se decidirá quienes de  vosotros son dignos de unirse a nuestra gloriosa causa. Pero antes de explicaros lo que debéis hacer, venid conmigo. Voy a mostraros algo..."

Tras decir esto, Zork  coloco la mano sobre el emblema de la puerta. Esta se abrió de par en par. 

Zork la cruzó con tranquilidad, y la camada hizo lo propio. La sala estaba sumida en la penumbra, pues aunque estaba oscuro, había una tenue luz que le daba a aquella sala un aspecto lúgubre. Pero una vez que todos estuvieron dentro, las luces se encendieron. Turin no pudo creer lo que vio. La estancia era enorme, y estaba repleta de lo que parecían ser cientos de sarcófagos, en cuyo  interior permanecían dormidos cientos de hombres y mujeres ataviados con oscuras armaduras.

Tras un momento sin decir nada, Zork volvió a hablar:

-Zork: "¿Qué os parece? Durante 300 años, mis Ancestros y yo nos hemos dedicado a buscar, reunir y a adiestrar a los mejores Sabuesos de la Fuerza. Una vez completaban su adiestramiento, los poníamos a dormir en estas cámaras de animación suspendida para que, tarde o temprano, estos guerreros tenebrosos pudieran despertar y cumplir con su misión: ¡Dirigir a nuestro Infinito ejercito Droide hasta la Victoria! Aquellos de vosotros que logréis sobrevivir a la selección se unirán a estos Guerreros. Y puede que, tras 300 años durmiendo, haya llegado la hora de despertarlos. Así que vosotros seréis la última camada que adiestre antes de que entremos en Guerra."

Los niños contemplaban fascinados aquella enorme habitación. Algunos de esos hombres y mujeres llevaban 300 años durmiendo, esperando el momento en que su amo y señor les reclamara para que cumplieran su cometido. A Turin, en cierta manera, le daban algo de lastima.

-Zork: "Muy bien, ahora os explicaré en que consistirá la selección. Como bien sabéis, esta Estación orbita sobre un planeta llamado Nathema.  Cada uno de vosotros será enviado a un rincón aleatorio del planeta. Una vez en tierra, debéis localizar a cualquiera de los demás contendientes, y acabar con ellos. La prueba terminará dentro de 3 días. Aquellos que sigan vivos hasta entonces superaran esta prueba. Marchaos ya."

Los 10 niños fueron guiados por Nen hasta el puerto espacial de la Forja Estelar, donde se encontraban preparadas 10 cápsulas de escape con destino a Nathema. A cada niño se le dio un cinturón con algunas provisiones, y se les coloco en un tobillo un Grillete a cada uno que transmitía su localización a los Ordenadores de la Forja Estelar, para que Zork tuviera controlada la ubicación de cada uno. Tras esto, los 10 niños se metieron en sus respectivas capsulas, y cuando todos estuvieron preparados, las cápsulas fueron lanzadas hacia el planeta. 

Mientras su cápsula se dirigía hacia la superficie de Nathema, Turin pudo contemplar la brillante luz
solar por primera vez en su vida, por lo que el sol le cegó momentáneamente. En ese preciso instante, Turin empezó a tener unas extrañas visiones: Un ejercito Rakatano enfrentándose salvajemente a una raza desconocida en una cruenta y sangrienta Guerra. También podía ver los rostros de varios caballeros Jedi, que de alguna manera se encontraban atrapados en el conflicto. Y, presidiendo la visión, una inmensa Torre coronada por una estructura esférica que poseía un gran ventanal en forma de Ojo. La visión se fue acercando cada vez mas a este ventanal, en cuyo interior pudo distinguir una silueta. No podía distinguir de quien se trataba, pues iba encapuchado y enmascarado, pero sabía que lo estaba mirando. Finalmente, la visión dio paso a la Oscuridad. 
Turin, incapaz de asimilar todo lo que acababa de contemplar dentro de su cabeza, cayó inconsciente.

Mientras contemplaba por el monitor como las Cápsulas aterrizaban en distintos puntos de Nathema, Zork sonrió maliciosamente.

viernes, 6 de marzo de 2015

Capítulo 1: El encuentro

Año 3.663 antes de la Batalla de Yavín IV, 32.790 años después de la creación de la Orden Je´daii, que evolucionarían hasta convertirse en los Caballeros Jedi, Guardianes de la paz y la Justicia en la Galaxia, esta se encuentra ahora sumida en un nuevo conflicto: “La Gran Guerra Galáctica”, que enfrenta a las Fuerzas de la República Galáctica, lideradas por los Caballeros Jedi, contra el Resurgente Imperio Sith, servidores del lado oscuro y enemigos de los Jedi, liderado por su Oscuro Emperador, Lord Vitiate. La Guerra se ha extendido ya a miles de Sistemas Estelares, y no parece que el conflicto vaya a acabar pronto.

En medio de todo este Caos, una nave de cargamento ligero viaja  por el Espacio, que avanza rápidamente por los territorios del Borde Exterior. La nave es pilotada por una única  persona. Un varón Humano, de mediana edad, corpulento, de cabello claro y con una barba de tres días. Su nombre era Aurek, y se dirigía hacia el Planeta Mandalore por una orden de su amo y maestro. Ese era su cometido en la vida, oír y obedecer. Ser una mera herramienta para su señor. Esto era lo único que conocía, y no le importaba, pues no había conocido otra cosa. Una vez divisó el Planeta, se preparo para entrar en la Atmósfera y a prepararse para el aterrizaje. Decidió aterrizar en un lugar apartado. Una vez en tierra, comenzaría su misión: Localizar a un buen proveedor de Beskar, o Acero Mandaloriano, un metal casi indestructible, capaz incluso de resistir el ataque de una Espada de luz, por lo que para su Amo  era imprescindible. Si en Mandalore no tenía suerte, entonces probaría a buscar en Concordia, la Luna de Mandalore.

Una vez aterrizó la nave y habiéndola dejado bien oculta, se puso una larga túnica marrón, y se ajusto la capucha para ocultar su rostro. Decidió comenzar su búsqueda dirigiéndose a Keldabe, la capital del Planeta. Según sus datos, el mejor lugar de esa ciudad donde buscar información era el "Oyu´Baat", la cantina más antigua de Mandalore, lugar donde se reunían varios lideres de clanes Mandalorianos y demás gente importante. Aurek pensó que ese era el lugar perfecto para buscar. Después de atravesar la “Chortav Meshurkaane” (calle comercial), entró en el local. Vio que no parecía haber demasiados Guerreros allí, seguramente debido a la Guerra. Aurek se sintió aliviado, así habría menos posibilidades de que se iniciara una trifulca. Empezó a caminar y a mirar alrededor de la gran Cantina, contemplando a todos los que hablaban y conversaban, sondeándolos con La Fuerza, para que esta le indicara si alguno de ellos podía serle de utilidad. No sintió nada especial, así que decidió empezar a preguntar al azar. Entre uno y otro, reunió los nombres de posibles buenos vendedores, pero desgraciadamente ninguno se encontraba allí, así que antes de partir en busca de alguno de ellos, decidió tomarse un refrigerio. Se sentó en un asiento libre junto a la barra, y empezó a beber. Cuando iba ya por la mitad del vaso, alguien se sentó cerca de él en la barra. Cuando Aurek miró de quien se trataba, vio que era un hombre mayor, de casi sesenta años, de larga barba y cabellera grisáceas, y muy musculoso. Sin embargo, lo que más llamó la atención de Aurek era que aquel hombre era bastante potente en La Fuerza. –Póngame cualquier bebida fuerte, tabernero- Aurek observó como el tabernero le servía a aquel hombre, y oyó como el tabernero se refirió al anciano como Fen´to. Este, sin mediar palabra, se bebió el contenido de su vaso de un trago. El hombre parecía estar completamente abatido. Tras pensárselo un momento, Aurek se sentó a su lado.

-Aurek: Tabernero, sírvanos dos bebidas mas, a esta ronda invito yo.

-Fen´to: Gracias amigo.


Al servirles las bebidas, el tabernero le pregunto al anciano:

-Tabernero: ¿Cómo sigue tu hija?

-Fen´to: Igual de mal... No soporto verla así...

Sus palabras rezumaban tristeza e impotencia. Tras pronunciarlas, Fen´to se bebió de un trago la bebida recién traída.

-Tabernero: Vaya... Lo siento mucho...

-Aurek: ¿Puedo preguntar que le ocurre a su hija?

-Fen´do: ¿A ti qué te importa?

-Aurek: Tal vez podría ayudarla.

-Fen´to: ¿Acaso eres medico? No lo pareces...

-Aurek: Piensa lo que quieras. Pero tal vez pueda ayudarla. Si no me lo permites, y ella muere, te arrepentirás de no haberme dejado ayudarla. ¡Vamos! dime que le ocurre.

Tras pensárselo un momento, Fen´to accedió.

-Fen´to: Mi hija siempre ha tenido una salud muy débil, ¡Pero desde que dio a luz hace unos días, se encuentra de mal en peor! ¡No ha dejado de tener fiebre desde entonces!¡Necesita un maldito medico! ¡Pero la mayoría de los buenos doctores se encuentran fuera debido a la Guerra, y los que quedan aquí son unos inútiles que no saben como tratarla! No se que hacer. Prácticamente ya la he dado por perdida.

-Aurek: Mmmm... Has sido afortunado. No soy medico, pero conozco bastantes de métodos de curación. Si me lleva ante ella tal vez pueda tratarla.

-Fen´do: ¿Y tu quien eres?

-Aurek: ¡Ah! Discúlpeme, Me llamo Bau.

-Fen´do: Me llamo Fen´do. Fen´do Vizla.

-Aurek: Encantado de conocerle. ¿Acepta mi ayuda o no?

-Fen´do: Estoy desesperado. ¡Ven! ¡Sígueme!

Los dos hombres salieron a paso veloz de la cantina. En realidad, lo que había hecho que Aurek fuera con Fen´do  no era por motivos altruistas, sino porque si este era fuerte en La Fuerza, tal vez su hija o su nieto también lo fueran. Y de ser así, a su Maestro le interesarían. Ya seguiría con su misión luego. Debía seguir su olfato de Sabueso. Ambos hombres salieron de la ciudad y se internaron en el bosque que la rodeaba. Los dos hombres corrieron por el bosque durante un rato, y Aurek supuso que Fen´do vivía apartado de la ciudad para que su hija pudiera estar tranquila. Finalmente llegaron a la casa. Fen´do entro corriendo, y Aurek le siguió. Al entrar en la casa tuvo una sensación extraña. Observó la casa brevemente, mientras la recorría, hasta llegar a una habitación donde se encontraba Fen´do con su hija.

-Fen´do: Kisara, ¡Hija mía! ¡Estoy aquí! ¡Resiste!

Kisara permanecía tumbada en la cama. Estaba inconsciente y deliraba. Repetía el mismo nombre una y otra vez –Turin, Turin- La chica era joven, de poco mas de 25 años, y muy hermosa. Sin embargo, Aurek sintió que ella no había heredado el potencial en la Fuerza de su padre. Pero, junto a la cama, yacía en una cuna un pequeño niño recién nacido, que los miraba fijamente, curioso. Al verlo no podía creerlo. Sentía en él un  potencial inaudito. Era ese niño quien provocó aquella extraña sensación que Aurek sintió al entrar en la casa. Sin duda La Fuerza lo había guiado hasta ese lugar. Sin embargo, se acerco primero a Fen´do y a Kisara, poniéndole una mano en la frente. Aurek cerro los ojos y se concentró. Al instante, Kisara dejó de delirar y se quedo algo mas tranquila.

-Fen´do: Increíble... ¿Cómo...?

-Aurek: Ahora estará mas tranquila... Por cierto, ¿Quién es Turin?

-Fen´do: ¿Qué? Ah, es ese pequeño de ahí. Su hijo. Mi nieto.

Fen´do miró con cariño al bebé.

-Aurek: Ya veo. Pero, ¿Y el padre del niño?

-Fen´do: Ah si... Era un miembro del clan Starwind. Se marchó a luchar en la Guerra antes de que mi hija diera a luz. Ya sabes... A decir verdad, me hubiera gustado ir a pelear a mi también. Se que soy viejo, pero aun así, como todo Guerrero Mandaloriano, deseo acabar mis días con una muerte digna. No obstante elegí quedarme con mi hija para cuidarla.

-Aurek: Cuidar de la familia no es un cometido indigno.

-Fen´do: Ya... Supongo que no...

Tras un momento de silencio, Aurek habló:

-Aurek: Escucha, respecto al estado de tu hija, seré franco contigo... La enfermedad la esta consumiendo poco a poco. Mientras este junto a ella puedo mantener la enfermedad bajo control, pero no curarla. Necesita medicina urgente. En mi nave tengo el equipo suficiente como para intentar hacer algo mas por ella, pero no puedo moverme de aquí. Te diré donde se encuentra y qué es lo que tienes que traerme. No podemos perder más tiempo.

Aurek le dio una lista de todo lo que necesitaba, y Fen´do salió sin demora en busca de la nave. Sin Embargo, Aurek tenía otros planes. Apartó la mano de la frente de Kirasa y salió tras el anciano camino a su nave. Aun con La Fuerza como apoyo, le costó seguir el ritmo de Fen´do, pues era un Guerrero veterano. Sin embargo, durante todo el camino el viejo guerrero no se percato de que Aurek lo seguía, y así fue hasta que llegaron hasta la Nave de carga  de Aurek. Cuando Fen´do entró en la nave para buscar los equipos, Aurek se escabulló detrás de él en la nave. Fen´do estaba tan concentrado buscando el equipamiento medico que necesitaba, que no se dio cuenta de la presencia de Aurek hasta que se dio la vuelta, sorprendiéndose al encontrar al propietario de la nave allí en lugar de estar junto a su hija.

-Fen´do: Bau... ¿Qué haces aq...?

Pero Fen´do nunca pudo acabar esa frase, puesto que Aurek empezó a estrangularle con La Fuerza. Tras agitarse y convulsionar varias veces, su cuello cedió y se le partió, muriendo en el acto.

-Aurek: Me llamo Aurek.

Aurek colocó el cuerpo dentro de un “Capullo medicinal” regulando la temperatura para evitar la descomposición del cuerpo, y tras coger otro capullo, partió de regreso a la casa de Fen´do. Una vez allí, se situó junto a Kisara. 

-Aurek: Lo lamento, mujer. Pero me temo que tu enfermedad te habría acabado matando igualmente...

Kisara, entre delirios, solo pronunciaba un nombre, -Turin... Turin...- Sin esperar mas, Aurek empezó a estrangularla con La Fuerza. El cuerpo de la mujer se encontraba tan débil que cedió enseguida, exhalando su ultimo suspiro. Una vez hecho esto, Aurek cogió en brazos al niño, Turin, y se lo llevó a la nave, junto al cuerpo de su madre, que iba recostado en el capullo medico. Tras subirse en su nave y acomodar los cuerpos sin vida de Fen´do y Kisara, y de asegurar al pequeño que llevaba consigo, despegó del Planeta Mandalore hacia donde lo Esperaba su Maestro. Aurek podría volver mas adelante a por el Beskar. Estaba seguro de que su maestro estaría satisfecho con lo que le llevaba. Aurek miró al pequeño Turin, que estaba dormido.

-Aurek: Lo siento mucho pequeño Turin Starwind. A partir de ahora serás como yo. Tu destino solo te alberga Oscuridad y Tinieblas, y una vida de servidumbre. No hay esperanza para ti.

La Nave de Aurek estaba llegando a su destino. Una Gran Estación Espacial que de alguna manera absorbía la Energía del Sol de un Planeta llamado Nathema. Había llegado a la “Forja Estelar”, donde su amo esperaba. La visión de esa gran estructura era sobrecogedora. Una vez que aterrizó la nave, saco los cuerpos de Fen´do y Kisara, y cogió en brazos a Turin, que se removía en ellos, y se dirigió a la sala donde sabía que su maestro se encontraba. Tras llamar a la puerta, esta se abrió por si sola, por lo que Aurek entro en una gran habitación, redonda y amplia, con grandes ventanales, en cuyo centro había un trono, donde se encontraba sentada una figura humanoide. Aurek avanzó, y al llegar frente al trono, se arrodillo ante el.

-Aurek: Maestro...

-Maestro: Bienvenido de nuevo, mi fiel Aurek. Infórmame...

-Aurek: Maestro, no he traído el Beskar como me pidió, pero le traigo algo que estoy seguro que le interesará más. Contemplad.

Aurek levanto al pequeño Turin para mostrárselo a su maestro.

-Aurek: Se llama Turin Starwind, un niño Mandaloriano, mi señor. ¿Podéis sentir su Poder?

El maestro de Aurek miró al pequeño Turin, y cerró los ojos, concentrándose en él.

-Maestro: Mmm... Si... El potencial de este niño en la fuerza es... Indescriptible...

Entonces el Maestro de Aurek se levanto, y extendió sus brazos para que Aurek le entregara al niño. Este lo hizo obedientemente. Su maestro, al tener al niño entre sus brazos, pudo sentir su Fuerza. Esta fluía de manera natural a través de él.  No se parecía en nada a otros sensibles a La Fuerza que hubiera conocido. El Maestro supo que ese niño le seria vital en el Futuro.

-Maestro: Has hecho un gran descubrimiento. Te felicito, Sabueso Aurek.

-Aurek: Sus palabras me honran, Maestro. También le he traído los cuerpos del abuelo y la madre del niño, mi señor, por si teníais hambre.

-Maestro: Muy considerado por tu parte, Sabueso Aurek. 3 cuerpos me saciaran durante un tiempo...

-Aurek: ¿Tres cuerpos mi señor?

-Maestro: ¿Acaso me tomas por un idiota, Sabueso Aurek? ¿A mi, al gran Zork´Thaur, ultimo de los Rakata y heredero del Imperio Infinito? No has cumplido con tu cometido de traerme el Acero Mandaloriano, así que tu también formaras parte de mi cena. Un Sabueso de La Fuerza que no cumple mis ordenes no me sirve para nada.

Al oír esto, Aurek entro en pánico.

-Aurek: ¡Maestro! ¡No!¡Por Fav...!

Sin embargo, Zork no esperó a oír las suplicas de su Sabueso y lo ejecutó descargando sobre aquel desdichado multitud de rayos de La Fuerza. Turin contempló la ejecución fijamente. Los destellos de los rayos se reflejaban en sus ojos. El cuerpo sin vida de Aurek cayo al suelo humeando.

-Zork: Ordenare que preparen tu cuerpo junto con el de los otros dos. Me servirás mejor de alimento que como Sabueso...

Zork sostuvo en sus brazos al pequeño Turín. Lo contemplo.

-Zork: A partir de ahora serás adiestrado como un “Sabueso de La Fuerza”. Espero que no me decepciones, o acabaras como esto –dijo lanzando una mirada de desdén al cuerpo inerte de Aurek- Pero si me demuestras tu valía, serás una pieza fundamental para la culminación de todos mis objetivos.

La boca de Zork esbozó una sonrisa cruel, mostrando sus afilados dientes. Turin empezó a llorar.

El llanto del pequeño Turin resonó por toda la sala.