viernes, 9 de octubre de 2015

Capítulo 4: Espada

Ha pasado casi una semana desde que terminó la selección. En ese tiempo, mientras Turin y Vev se recuperaban de sus heridas, se les había proporcionado ciertos conocimientos teóricos necesarios para que cada uno creara su propio “Sable de Fuerza”, el arma que, en tiempos inmemorables, era empuñada por los “Sabuesos de la Fuerza” del Imperio Infinito. Esta arma puede considerarse como la antecesora de las modernas Espadas Láser utilizadas tanto por los Jedi como por los Sith. Al contrario que estas últimas, los filos de los Sables de Fuerza no son hojas láser, sino una hoja creada por la misma Fuerza, tras canalizar en el Arma el odio y la Ira de aquel que la empuñe, por lo que no necesitaba de un botón de activación. Para forjar estas armas ancestrales, se requerían materiales y conocimientos que, para la Galaxia, hacia milenios que se habían perdido, pero que Zork´Thaur, maestro y señor de Turin y de Vev, aún atesoraba. 

Una vez que Turin y Vev se hubieron recuperado de sus heridas, les asigno a cada uno un laboratorio, situados en extremos opuestos de la Forja Estelar. El de Turin se encontraba en la zona Norte, mientras que el de Vev en el Sur. Eran laboratorios muy completos, perfectamente equipados y con 2 estancias bien diferenciadas: La primera era el laboratorio en si, donde se encontraban las herramientas y los materiales necesarios para forjar la Espada, como varios circuitos, celdas de energía, lentes de enfoque (cuya función era la de dar forma y límite a la hoja de Fuerza), etc... además del elemento clave, el Cristal, que era el corazón del Arma, pues convertía el odio y la ira de su portador en un filo de pura Fuerza. Además, se les dio a cada uno un Holocron, que mostraba los procesos Químicos y Alquímicos necesarios a los que debían someter al cristal para que la Espada funcionara, además de varios documentos con planos y esquemas que mostraban la forma en la que había que ensamblar el arma. La otra estancia del Laboratorio era una fundición, donde, además de contar con potentes hornos y laseres, había una buena reserva de Acero Mandaloriano, que emplearían para forjar las empuñaduras.

Antes de comenzar a fabricar su futura Espada, Turin dedico gran cantidad de tiempo en estudiar todos los documentos dados por Zork. Prestó especial atención a los Rituales Alquímicos que debía realizar en el Cristal, y también a los procesos Químicos a los que debía someterlo después, además de la forma en que debía trabajar con el Acero Mandaloriano. Tardo casi 2 semanas en estudiar estos documentos.

Nen, su adiestrador, se pasaba de vez en cuando por el laboratorio para comprobar los avances de Turin, e informar de estos a Zork.

Tras estar seguro de tener la teoría dominada, pasó a la practica. Comenzó la fabricación de su Sable de Fuerza empezando por la empuñadura, empleando la fragua para fundir el Acero Mandaloriano y después darle una apariencia idéntica a la que mostraban los planos. Nunca había hecho nada similar, pero dejaba que la Fuerza guiara su mano. Una vez forjada la parte exterior de su Sable, debía configurar el interior, ensamblando mediante la Fuerza, los circuitos y la célula de energía donde iría colocado el cristal. 

Una vez terminada la empuñadura, debía pasar a la parte mas compleja: alterar el Cristal que Zork le había dado. Debía someterlo a ciertos procesos Alquímicos muy complejos que permitirían canalizar de manera estable el poder del lado oscuro a través de él. Era un proceso delicado. Turin debía tallar en el cristal antiguos símbolos en lengua Rakatana, y luego recitar una extraña formula alquímica en esa misma lengua mientras dejaba que la Fuerza Fluyera desde su cuerpo al Cristal, y viceversa.  Necesitó de varios intentos (y cristales) para lograr calibrar el cristal como era debido. Una vez calibrado, el cristal debía ser alterado químicamente para que el poder de la Espada no se saliera de control. Si Turin no lo hacía bien, perdería la mano al activar la Espada. Colocó el cristal entre dos estructuras que emitían descargas eléctricas que Turin debía controlar al milímetro si quería que el proceso funcionara. La etapa de Alteración Química le resultó la más difícil de todas. En las fases anteriores del proceso, la Fuerza penetraba en él e iba guiando sus pasos, tanto en la forja como en la Alquimia. Pero para esto necesitaba estar seguro de sus cálculos y poner en ello todos sus sentidos. Cuando estuvo totalmente seguro de que el Cristal estaba preparado para ser ensamblado en la empuñadura, colocó ambas partes en el suelo y se sentó ante ellas con las piernas cruzadas y los ojos cerrados. Para poder terminar de construir su Sable, debía recitar una nueva formula alquímica, mientras dejaba que el Lado Oscuro de la Fuerza terminara de dar forma a su Espada. La Empuñadura comenzó a levitar, al igual que el cristal, y poco a poco, este se fue introduciendo en el interior de la primera, hasta colocarse en su lugar. Tras esto, la lente de enfoque se colocó en la parte superior de la empuñadura, mientras Turin se disponía a recitar las últimas líneas de la formula alquímica, con la que todos los componentes de su Espada terminarían de unirse a nivel molecular.

Una vez que la espada estuvo completa, Turin la atrajo hasta su mano, y la contemplo: Era un Arma esbelta; la empuñadura era de color negro metalizado, y levemente mas delgada que la de las actuales Espadas láser, y un poco más larga, además de carecer de cualquier tipo de interruptores. Tras unos instantes mirando la empuñadura de su Espada, decidió que era el momento de ver si había logrado crear correctamente su Sable de Fuerza. Después de unos tensos momentos de duda, insufló en su Espada toda su ira, una ira ardiente y visceral, y entonces la Espada cobró vida, creando una larga hoja de pura Fuerza ante sus ojos. La visión de aquella arma era magnifica. Su hoja refulgía con un brillo púrpura, y parecía emitir cierto pulso, como si de un ser vivo se tratase. Una vez que Turin vio su Sable de Fuerza activado, se dio cuenta de que esta arma era la representación física de todo su odio. Al pensar en ello, se enfureció más todavía. Nunca se había sentido tan furioso. La Espada parecía reaccionar a sus sentimientos, pues Turin sentía que el pulso de esta aumentaba. Entonces, en la mente de Turin se manifestó una idea que llevaba bastante tiempo en su subconsciente, pero que al sentir su propio poder canalizado en su Espada, y embriagado por él, afloró a la superficie; Escaparía. Si. Siempre había temido y odiado a Zork. Pero ahora, con el arma que encarnaba todo su odio en sus manos, pensó que el tiempo de sentir temor había terminado. Escaparía, y algún día, sería Zork el que le temería a él. Por primera vez en su vida, el joven Turin sonrió desde lo más profundo de su corazón, ante la idea de ver a su maldito amo derrotado y humillado a sus pies. Mientras aún se encontraba sumido en sus pensamientos, sintió en la Fuerza que Nen se aproximaba. Tan rápido como pudo, Turin ocultó su recién forjada Espada. Justo cuando había terminado de esconderla entre varias herramientas, trozos de metal, cristales rotos, empuñaduras fallidas y varios despojos más, la puerta del laboratorio se abrió, dando paso a Nen.

-Nen: "¿Como llevas tu Sable de Fuerza, mocoso?"

Turin lo miró con una expresión que mezclaba inseguridad y frustración, con un leve matiz de miedo.

-Turin: "Ya no me falta mucho, maestro. Estoy a punto de conseguirlo."

Nen echó una mirada por el laboratorio, viendo los despojos que quedaban de los materiales empleados por Turin. 

-Nen: "Más te vale terminar cuanto antes niñato. Te quedan 2 días, y si no cumples con el plazo... – esbozo una sonrisa cruel – te veré servido como primer plato de la cena de nuestro Señor, jajaja. Además, quizás te interese saber que el mocoso de Vev ya casi tiene lista su Espada. Parece que no eres tan bueno como creías, jajajaja."

-Turin: "Me... Me esforzaré más..."

Sin mediar una palabra mas, pero aun riéndose de los fracasos de Turin, se marchó dando un portazo. Turin se quedo contemplando la puerta cerrada de su laboratorio, y empezó a sonreír.

-Turin: "Eres un estúpido Nen. Muy pronto te darás cuenta de hasta qué punto..."

Tras decir esto, y después de esperar el tiempo suficiente para que Nen se hubiera alejado lo suficiente, salió del laboratorio en busca de Vev.


 Al igual que Turin, a Vev también le resultó complicada la labor de forjar su Sable de Fuerza. Sin embargo, para cuando el plazo hubo casi terminado, ya había logrado terminarla. Tal y como le sucedió a Turin, al activar su Espada, el poder de esta lo inundó. Se sentía más poderoso que nunca, y también más furioso. Mientras se encontraba sumido en el frenesí de sensaciones que le provocaba su nueva arma, sintió que la puerta de su laboratorio se abría, y sin pensar se dejó llevar por su torrente de emociones y atacó a su visitante con su Espada mediante una estocada lateral. El ataque de Vev fue detenido por otro Sable de Fuerza. El Sable de Fuerza de Turin. Este respondió lanzando una fuerte estocada que hizo retroceder a Vev. Se había vuelto a dejar dominar por el poder de su Espada. Los dos estaban dominados. Cuando ambos, Vev y Turin, se lanzaron el uno contra el otro para continuar su lucha, Turin recobró algo de calma y se paró en seco:

-Turin: "¡Eh! ¡Tranquilo!"

Ante esto, Vev también se detuvo, mirando con sorpresa tanto a Turin como a su propia arma.

-Vev: "¿Re... Resh?"

-Turin: "Veo que acabas de terminar tu Espada."

-Vev: "Si.. Es una sensación..."

-Turin: "Lo se. Es increíble. Por eso estoy aquí."

Tras decir eso, Turin apagó el filo de su Espada. Vev, tras unos momentos, hizo lo mismo.

-Vev: ¿A qué te refieres?

-Turin: "Me voy. Ya estoy harto. Voy a escapar. Pero no creo que pueda hacerlo solo. Necesitare tu ayuda."

-Vev: "¿Escapar? ¿Estas loco?"

-Turin: "No... Ha sido esta espada la que me ha hecho darme cuenta del poder que tengo. A ti también te ha pasado, lo he visto. No tenemos por qué servir a Zork, ni consentir sus torturas y constantes amenazas de muerte. Si me ayudas, estoy seguro de que podremos escapar."

-Vev: "¿Y a donde iríamos? No tenemos a donde ir."

-Turin: "Cualquier lugar será mejor que esto, ¿No crees?"

Tras meditarlo unos momentos, Vev reactivó de nuevo su Sable de Fuerza, y tras sentir de nuevo su poder, respondió:

-Vev: "Cuenta conmigo. ¿Tienes algún plan?"

-Turin: "Si. Te lo explicaré. Esta noche será el momento. Debemos coordinarnos bien."

Turin le explicó el plan que había ideado para escapar de la Forja Estelar. A Vev le convenció.

-Vev: "De acuerdo. Esta noche iniciaremos el plan."

-Turin: "Si. Bueno, me voy antes de que al imbécil de Nen le de por visitarte."

Sigilosamente, Turin regresó a su laboratorio a esperar el momento.


Zork´Thaur se encontraba meditando en la Fuerza. Pensaba en su situación actual, y en como su raza había acabado así, al borde de la extinción. Pensaba en la gloria del Imperio Infinito, que se remontaba a muchos milenios atrás, en una época donde la República aún no existía, ni tampoco los Caballeros Jedi. De cómo los Rakatanos habían aprendido a controlar el Poder de la Fuerza gracias a los Kwa, una raza ya extinta pero que, antaño, habían servido como emisarios de los misteriosos Celestiales. Los Kwa les enseñaron a los Rakatanos a utilizar la Fuerza y a desarrollar su poderosa tecnología, a cambio de que ellos también se convirtieran, al igual que ellos, en siervos de los Celestiales. Sin embargo, con el tiempo, los Rakatanos se revelaron contra sus benefactores, los Kwa, y contra los misteriosos Celestiales, conflictos de los cuales los Rakatanos salieron vencedores. Tras su rebelión, establecieron su Imperio, y se dedicaron a buscar y esclavizar Planetas ricos en Fuerza mediante sus Sabuesos de la Fuerza. Entraron en Guerra con la raza de los Esh-Kha, derrotándolos y aprisionándolos, y entraron en Guerra con los primitivos Sith en Korriban, esta vez siendo derrotados gracias al Rey Adas, señor de los Sith. Aun así, esto no les detuvo, y continuaron con su campaña de conquistas a lo largo de la Galaxia. Sin embargo, de repente, los Rakatanos comenzaron a perder su conexión con la Fuerza debido a una extraña plaga. Su única esperanza era obtener un antiguo artefacto; el Portal Infinito,  situado en el remoto Planeta Tython, cuyo poder les permitiría renovar su conexión con la Fuerza y a su vez, invadir toda la Galaxia. Sin embargo, dicho portal se encontraba protegido por los Caballeros Je´daii, los antecesores de los actuales caballeros Jedi, quienes, tras un año de sangrienta Guerra, expulsaron a los Rakatanos de Tython. En este punto, el Imperio Infinito comenzó su declive, pues la perdida de su conexión con la Fuerza, unido al salvajismo de los Rakatanos (salvajismo aumentado por el poder oscuro de las Forjas Estelares) les llevó a una Guerra civil en la cual además se sublevaron muchos de los Mundos que tenían esclavizados. El resultado de esta Guerra fue la destrucción del Imperio Infinito, el cual quedó reducido a varias Tribus situadas en Lehon, el Planeta natal de los Rakatanos, y a algunos Rakatanos apresados o escondidos, así como la liberación de los Mundos esclavizados. Todo esto dejó vía libre para la posterior formación de la República Galáctica. 

Sin embargo, los ancestros de Zork se negaron a renunciar a su antiguo legado, y se dieron así mismos la tarea de recuperar la Galaxia y de reunir a todos los supervivientes de su raza, para así revivir a su Imperio. Y Zork sabía que no quedaba mucho. Gracias a él, su Imperio renacería. Una vez que Turin o Vev tuvieran su duelo a muerte, el vencedor comandaría su Ejercito hacia la conquista Galáctica, aplastando a los Sith y a los Jedi. 

Mientras se encontraba aún sumido en sus pensamientos, el sonido de varias alarmas sobresalto a Zork. Al comprobar el lugar donde se habían originado vio que en el Mapa que mostraba la estructura de la Estación Espacial que la alerta se había iniciado en la zona Sur de la Forja Estelar. Intentó conectar las cámaras de seguridad de esa zona, pero al no poder ver nada, supuso que habían sido destruidas.

-Zork´Thaur: "Ese mocoso de Vev... Se ha dejado dominar por su Espada..."

Rápidamente, mediante su Intercomunicador, ordenó a varios Droides de seguridad que fueran a neutralizar a Vev, y que se lo llevaran con vida.

No era la primera vez que un aprendiz de Sabueso se le salía de control y trataba de escapar, y Zork sabía que aquellos que lo intentaban eran los más poderosos. Si conseguía domarlo, se haría con una buena arma. Si no...

Pero en ese momento, Zork tuvo un presentimiento. Volvió a hablar por el intercomunicador, esta vez contactando con Nen.

-Zork´Thaur: "Nen, ve al ala Norte y asegúrate de que Resh no escape."

No hubo respuesta.

En ese momento, Zork, tras coger su arma, se dirigió rápidamente al muelle de la Forja Estelar, sabedor de que si los niños pretendían escapar, debían llegar hasta allí. Al entrar al muelle, vio que al fondo habían dos figuras. Un de ellas era el joven Turin, que se mantenía de pie con su Espada activada. La otra figura era la de Nen... cuyo cuerpo decapitado se encontraba en el suelo... junto a su cabeza.

-Zork´Thaur: "Tu... ¿Has logrado asesinar a Nen?"

-Turin: "Jajaja. ¿Te sorprende? Era demasiado débil. Además, esta basura ni siquiera iba armado."

Tras pronunciar esa ultima frase, Turin pateó con desprecio la cabeza decapitada de Nen en dirección a Zork.

Zork´Thaur podía sentir el poder de Turin fluyendo a través de la hoja de su Espada. Tenía razón, Nen no tenía poder para detener a Turin.

-¿???: "Y esos Droides de seguridad no son gran cosa, la verdad."

Zork se dio la vuelta. Vio que el que habló fue Vev, que acababa de llegar al hangar, y también llevaba su Sable de Fuerza activo.

-Zork´Thaur: "¡Espléndido! ¡Si! ¡Vosotros sois sin duda los Sabuesos de Fuerza más poderosos de mi ejercito! ¡Dejad que complete vuestro adiestramiento! ¡Con vosotros uniendo fuerzas con mi ejercito, seremos invencibles!"

-Turin: "Es verdad. Seriamos invencibles."

-Vev: "Pero no te necesitamos para eso."

-Turin: "Tenias razón, somos los más poderosos."

-Vev: "Precisamente por eso, no te necesitamos, lo que significa..."

-Turin: "...que vamos a matarte aquí y ahora."

Zork´Thaur se quedó mirando atónito a los dos jóvenes. Tras una pausa, empezó a reírse.

-Zork´Thaur: "¡Jajajajjajajajajajaja! ¿Que vais a matarme? ¿A mi? ¡Jajajajaja! Estúpidos. Veo que no habéis aprendido nada. Habéis permitido que vuestros Sables de Fuerza os dominen, y eso os a llevado a la muerte. Si no vais a servirme, entonces no sois más que un par de perros rabiosos, y ya sabéis lo que les pasa a los perros rabiosos..."

Tras decir esto, Zork´Thaur les mostró el arma que empuñaba. Parecía una especie de vara. Tras observarla un momento, Turin y Vev vieron que se parecía bastante a las empuñaduras de sus Sables de Fuerza, pero era mucho más largo. En ese momento la hoja de aquel arma se activo. Era una hoja de color negro, como un abismo. El aspecto general del arma era el de una lanza. Una Lanza de Fuerza.

-Zork´Thaur: "Ha llegado la hora de que seáis sacrificados..."

-Vev: "¡Adelante!"

Turin y Vev atacaron simultáneamente a Zork. Sus ataques eran muy feroces y potentes, pero Zork podía bloquearlos con relativa facilidad. Aprovechando la longitud de su arma, lanzaba ataques de barrido con el fin de cortar una o ambas piernas a alguno de sus contrincantes, pero estos eran rápidos, y atacaban desde ambos flancos. Zork bloqueó los ataques de Turin con la hoja de su lanza, y los de Vev con el extremo de la empuñadura. Mientras Zork aguantaba el empuje de los jovenes, Turin, con un fugaz movimiento de su mano derecha, desenvainó el cuchillo romo que encontró en Nathema, y apuñalo con él en la pierna izquierda a Zork, ante lo cual este respondió utilizando la Fuerza para hacer retroceder a sus contrincantes.

-Turin: ¡Vev, ahora!

Tras recobrarse de la poderosa explosión de Fuerza de Zork, ambos niños empezaron a correr hacia una de las naves allí atracadas. Durante el duelo, los niños se habían situado en una posición desde la cual poder continuar con su huida. Esto enfureció a Zork, quién empezó a descargar andanadas de Rayos del lado Oscuro sobre ellos, aunque pudieron evitar la mayoría. Sin embargo, Vev recibió el impacto de uno de esos Rayos justo cuando Turin logró llegar a la Cápsula de Escape. Pero para cuando Turin se disponía a ayudar a Vev, Zork utilizó la Fuerza para empujarlo al interior de la Cápsula, cerrando la puerta y dejandole encerrado. Por la ventana, vio como Zork se acercaba a Vev, quien se encontraba aturdido y con quemaduras a causa de los Rayos. Sin embargo volvió a atacar a Zork con una estocada que Zork desvió fácilmente.

-Zork´Thaur: "Habéis perdido. Asumidlo..."

Vev sonrió

-Vev: "¡Resh, escapa!"

Turin escuchó lo que Vev le gritó. Y tras un momento de duda, decidió hacerle caso. Si no podían escapar los dos, al menos uno lo lograría. Se dirigió a la Computadora de la Cápsula de Escape para programar el rumbo. No sabía hacia donde debía huir. Sin embargo, en seguida se le ocurrió un lugar.

-Zork´Thaur: "¡Necios! ¿Acaso creéis que no os perseguiré? ¿Qué no enviare a más Sabuesos detrás de vosotros?"

Al oír esto, Vev sonrió.

-Vev: "Creo que durante un tiempo, no podrás enviar a nadie en su busca... Fíjate bien..."

-Zork´Thaur: "¿Cómo..?"

Zork miró el resto de Cápsulas de escape, así como las Naves allí atracadas. A simple vista parecían estar en buen estado.

-Vev: "Mientras yo causaba el caos en el Sur de la Forja Estelar, Turin vino hasta aquí con el fin de sabotear todas las cápsulas y naves, excepto una en la que pudiéramos escapar, claro. Y como bonus especial pudo asesinar a ese imbécil de Nen."

Al oír esto, Zork´Thaur perdió la paciencia, y propino una patada contra el rostro de Vev. Pero en ese momento, vio como la Cápsula en la que había encerrado a Turin saltaba al Espacio. Aunque Vev sangraba por la boca, no pudo evitar volver a reír,

-Vev: "Ja... Ja... Ja... Habéis perdido, “Maestro”."

-Zork´Thaur: "Créeme, tu has perdido mucho más que yo. Si crees que voy a concederte un destino tan piadoso como es la muerte, te equivocas. Ten por cierto que te espera algo peor. Mucho peor. Vas a ser mi servidor para siempre. Mi esclavo. Y me ocuparé personalmente de ello. Y cuando ya no me seas útil, te devoraré."

-Vev: "Y tu... Ten por cierto... Que Resh regresará... Y te matara..."

-Zork´Thaur: "Ya veremos por cuanto tiempo puedes aguantar diciendo esas estupideces..."


Mientras tanto, Turin continuaba viajando por el espacio. Lamentaba la perdida de Vev, quien era lo más parecido que había tenido a un amigo. Pero no podía mirar hacia atrás. Su objetivo era hacerse más poderoso. El más poderoso. Y entonces regresaría y se lo haría pagar caro a Zork.

Necesitaba poder. Si las historias que había oído durante su adiestramiento resultaban ser ciertas, entonces sabía en donde podría obtener más poder.

Poco a poco, su cápsula continuaba avanzando por el Espacio hacia su destino: Yavin IV.